Como todo en la vida, hay uruguayos y hay argentinos. Y a veces hay chilenos o un brasilero pitolargo. La diferencia principal es que la yerba uruguaya no tiene palo, y la argentina es más rica. Las calientes declaraciones de Jimmy Cheeks, exrepublicano británico en Argentina, fueron las que pusieron de vuelta esta cuestión, nunca resuelta, bajo los reflectores de los medios: ”-El mejor maté es el argentino, tomado en mates trabajados en alpaca. Y si no les gusta métanse la yerba despalada por el agujero de la cola, y de bombilla usen esta”. Siempre es agradable leer declaraciones tan medidas, cualquier hijo de vecino hubiera dicho ojete, u orto.
La respuesta oriental no se hizo esperar. Pocos días después, en la página portada de “La vos de Montevideo” se podía leer: “Según encuesta a nivel nacional, la yerba despalada es mejor”. Este gesto abierto de belicosidad mateica puso fin a las relaciones bilaterales. Fue necesaria la intervención de la Comisión Reguladora del Mercosur para calmar las oscuras aguas. La solución a la que se llegó finalmente parece ser una política que aviene posiciones. Este conjunto de acciones, dentro de la llamada “Estrategia del mate” han tenido una notable influencia positiva sobre la rencilla mateística en el cono sur. De acuerdo al comunicado firmado por el titular del Frente Nacional del Porongo, es gracias a los Bombillódromos que muchos resentimientos están siendo lentamente aliviados.
Ciertamente, en los últimos años se ha logrado limar estas profundas diferencias ideológicas entre los países con una estrategia que recuerda a la Ping-Pong Politics entre EEUU y China durante los 70´s. Como deben haber adivinado a esta altura, esto es, de hecho, el propósito principal de los Bombillódromos, más allá de que se ha convertido en un evento multitudinario y en franca expansión. Para qué me voy a gastar escribiendo, si al final al pedo, solamente miran las fotos
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